Quien lo sufre lo sabe bien. No dormir adecuadamente puede ser un problema puntual o volverse crónico. En cualquier caso, el sueño —ese placentero reposo de nuestro cuerpo— es una necesidad biológica humana y su falta afecta notablemente a la calidad de vida de una persona.
¿Puede el aceite de CBD ayudar a combatir el insomnio y dormir mejor?
Los estudios científicos apuntan a que sí. Y muchos usuarios dicen tomarlo para sus problemas de sueño.
Te contamos cómo, es decir, a través de qué mecanismos actúa el CBD para facilitar la relajación y el descanso en personas con trastornos de sueño. Veremos qué dicen exactamente esos estudios y cómo usar el aceite de cannabidiol para dormir.
El sueño es una de las funciones más importantes y necesarias en el ser humano. Atendiendo a la definición que recoge el diccionario (aquí), hace referencia tanto al acto de dormir como a la actividad de la mente durante este período de descanso.
Mientras dormimos, se eliminan residuos celulares de nuestro cerebro, el organismo lleva a cabo funciones de reparación y la memoria se consolida.
Estos son algunos de sus trastornos asociados, las enfermedades del sueño:
Las encuestas reflejan que los usuarios de cannabidiol (CBD) toman el compuesto para controlar síntomas percibidos por ellos mismos como la ansiedad, el estrés o la falta de sueño. A menudo, en dosis bajas. En esta reciente en casi 400 consumidores, las cuatro razones principales para usar CBD fueron la ansiedad autopercibida (en torno al 43 %), los problemas para dormir (42,5 %), estrés (37 %) y la salud y el bienestar general (37 %).
Lo cierto es que el cannabis medicinal y sus cannabinoides se utilizan para tratar los trastornos del sueño desde la antigüedad. Incluido el déficit de sueño como síntoma de enfermedades que cursan con dolor crónico como el cáncer, de trastornos mentales y de patologías degenerativas como el párkinson, entre otras (fuente).
El cannabidiol es uno de los principales componentes de Cannabis sativa. Un cannabinoide con un amplio espectro de acción; sus beneficios terapéuticos incluyen efectos en el ciclo sueño-vigilia.
Su aceite —el aceite de CBD— tiene efectos inductores del sueño. Pudiendo ayudar en el tratamiento del insomnio y otros problemas específicos del sueño.
¿Cómo?
Gracias a sus propiedades ansiolíticas, para reducir el estrés y aliviar la ansiedad, así como antipsicóticas y antiespasmódicas, que favorecen la relajación corporal. El CBD posee también propiedades antiinflamatorias y analgésicas, disminuyendo los episodios de dolor que impiden conciliar el sueño.
En los últimos años ha aumentado el interés por el papel terapéutico del cannabidiol en algunos trastornos del sueño comunes como el insomnio, la apnea del sueño o el síndrome de piernas inquietas, y menos comunes como la narcolepsia y las parasomnias.
La investigación que se ha venido realizando sobre el cannabis y el sueño sugiere que el CBD puede tener un potencial terapéutico para tratar estos trastornos del descanso.
En este estudio en ratones, la administración aguda de CBD alargó el tiempo total de sueño en los animales.
También en estudios en humanos con ansiedad e insomnio se ha visto que su aplicación junto con los tratamientos habituales logra mejorar la calidad del sueño y las molestias relativas al descanso.
El CBD puede ser prometedor para la narcolepsia, o somnolencia diurna excesiva, y el trastorno del comportamiento del sueño REM (TCSR) (revisión). El TCSR se caracteriza por la pérdida de atonía (tono, tensión o vigor normal) de los músculos durante el sueño REM, en español sueño MOR (movimientos oculares rápidos), asociada con pesadillas y comportamiento activo mientras se duerme.
Esta serie de casos indica que el cannabidiol es capaz de controlar los síntomas de este trastorno en pacientes con enfermedad de Parkinson.
En esta investigación de 2019, se aplicó cannabidiol a 72 adultos para tratar su ansiedad y las molestias relativas al descanso como complemento de su tratamiento habitual. La ansiedad se redujo en el 79 % de los pacientes; el sueño mejoró en casi el 67 %. El CBD fue, generalmente, bien tolerado y se asoció con efectos secundarios adversos mínimos.
Esta otra revisión del mismo año publicada en una revista de la Asociación Americana de Psicología señala que, si bien se necesita una mayor investigación, los cannabinoides pueden ayudar en caso de alteración del sueño. Los participantes del estudio —dice— a menudo informaron de una mejora en la calidad del sueño.
Por último, esta otra revisión reciente de los estudios publicados, aunque como la anterior menciona que se precisan más ensayos clínicos sobre su eficacia o dosis más adecuada, concluye que «en general, los resultados indican un papel terapéutico potencial de los cannabinoides en el tratamiento de algunos trastornos del sueño».
El otro componente principal de C. sativa, el tetrahidrocannabinol (THC), aunque puede disminuir la latencia del sueño (el tiempo que transcurre desde la vigilia hasta la primera fase del período de descanso, en la etapa del sueño no-REM), podría afectar a su calidad a largo plazo (estudio, estudio en animales).
En cambio, nuevos trabajos que investigan los componentes del cannabis y el sueño sugieren que cannabinoides sintéticos como la nabilona o el dronabinol pueden tener un beneficio a corto plazo para la apnea del sueño.
La nabilona, en concreto, puede también reducir las pesadillas asociadas con el TEPT (trastorno de estrés postraumático) y mejorar el sueño en pacientes con dolor crónico.
El uso del aceite de CBD (libre de THC) puede ser beneficioso en quienes sufren de intranquilidad, estrés, ansiedad, insomnio o sueño interrumpido. Personas a las que les cuesta conciliar el sueño (largo período de latencia) o tienen despertares durante la noche.
Pero ¿cuánto cannabidiol tomar? ¿Y cómo tomarlo de forma segura para dormir mejor?
Veamos.
Lo primero sería averiguar la concentración de cannabidiol más adecuada para la condición específica. Si la situación es leve, se puede probar con un aceite de CBD para dormir al 10 %. Si se necesita menos cantidad pero más potencia, se pasaría a un aceite de cáñamo de mayor concentración: CBD al 20 % o CBD 30 %.
Se puede partir de 2 a 4 gotas de aceite e ir subiendo la dosis en función de las necesidades. Es muy fácil, simplemente se dejan caer las gotas bajo la lengua. El CBD ayudará a inducir un cuerpo más relajado, sin dolor y lograr un sueño reparador.
No existe una hora concreta mejor a la que tomar el aceite de CBD para dormir. Dependerá de cada persona y de sus hábitos particulares.
Hay dos opciones: tomar las gotas de CBD juntas antes de acostarse, o bien repartidas a lo largo del día (tres veces por día; mañana, mediodía y noche) de manera que el cuerpo absorba progresivamente sus propiedades favoreciendo el proceso y equilibrio del sueño nocturno.
Por Elisabeth Lahoz
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